TIERRA DE BRUJAS.TIERRA DE MARIPOSAS MORADAS.
Amada hermana....
... Y te digo hermana, porque nos nutre la misma madre y nos calienta el mismo padre.
... Y te nombro hermana, porque estamos unidas por el mismo cordón de Plata.
... Porque somos hermanas de la misma Luna. Esa que guarda nuestros secretos.
... Porque somos nietas del mismo abuelo Fuego, ese que aviva nuestros sueños.
... Porque fuimos paridas por las mismas Ancestras, esas que nos acompañan en nuestro caminar.
¿Sabes?
Quiero contarte un sueño.
...O un cuento.
...O un sueño que me contaron.
...O un cuento que entró en mis sueños.
... Y estaba yo arreglando mi jardin.
Y en mi brujita-espantapájaros (que espanta pájaros, pero no hadas), se posó una pequeña mariposa. De esas comunes. De esas de colores no muy vistosos. De esas como de andar por casa.
Y yo, que creo en la magia, pensé: "Las hadas estan contentas y vienen a dar el visto bueno a mi jardin brujil".
Y mientras recolectaba la Ruda, el Tomillo y el Romero.... Dos, tres, cuatro, cinco mariposas-hadas empezaron a revolotear por el lugar. Me senti feliz, les di las Gracias por sus bendiciones y les pedí un regalo...
Meses más tarde, esas mariposas-hadas, entraron en mis sueños. Me cogieron por los pies y me llevaron a un bosque...
...Al claro de un bosque...
...A un encuentro de brujas...
(Aunque ninguna de ellas lo sabía aún)
Cuando llegue, me encontré convertida en una Crisálida. Envuelta en mi sutil caparazón de hilos del color de la Tierra.
Allí encontré más de mi especie. Todas iguales, pero diferentes. Sin espectativas, pero con dudas. Sin mochilas, pero con equipajes.
Fuimos entrando una a una...
-Fulanita!!
-Presente!
-Menganita!
-Presente!
Nos dieron una llave...
- "Toma. Esta es la llave que puedes usar en este viaje. Tu verás cuantas puertas quieres abrir".
Tomé la mía con fuerza. La llevé al corazón... y la respiré...
Fuí abriendo puertas. Algunas más ligeras que otras.
Mientras, en el camino, me cruzaba con alguna crisólida, ya mariposa. Y con alguna mariposa, ya hada.
-"Mirame y te sentirás"- Me decía alguna.
-"Abrázame y te verás"- Me decían otras.
Y entre tanto, me iba descubriendo a través de las otras...
De repente, sentí como me iban creciendo alas que me llenaban de Amor. Y comencé a oler las flores que brotaban de mi cuerpo... Aromas de compasión, Alegría, Ternura, Perdón, Risas....
Y yo seguía abriendo puertas....
Y me adentré en la PUERTA de las puertas...
Olía a Rosas y Jazmin. A Salvia y Mandrágora. A tomillo y estragón.
...Y una sutil tormenta estalló dentro de mí. Suave como la brisa, intensa como una tempestad.
... Y cuando llegué, me esperaba mi caldero. Ese que me regaló mi abuela, de hierro forjado.
- "Que no. Que no es un caldero. ¡Que es un pote!"- me dice siempre que se lo menciono.
...y ahí empezó o acabó todo. No lo recuerdo.
Los sueños no siempre se recuerdan con claridad.
Al despertar, me encontré en la matriz. En un encuentro de Lunas. A la búsqueda de la fórmula mágica de desaprender lo aprendido.
Rodeada de mariposas aleteándoles a la vida.
Cruzandome con hadas que soplaban canciones al oido.
Observando brujas que conjuraban pocimas ancestrales.
Y ya no sé si dormía y despertaba....
Solo sé que me crecieron zapatos de punta y escoba roja.
Solo sé que desplegué mis alas arcoiris.
Solo sé que mi caldero se llenó de agua salada, y me rebautizó con el nombre de mi Alma.
...Y aquí estoy, Amada Hermana...
Tecleando palabras, mientras siguen llegando mariposas, de esas comunes, de esas de andar por casa.
... Y mientras mi jardin sigue floreciendo, te cuento este sueño, que soñé mientras me lo contaban.
Soñé, respiré y viví un encuentro de brujas hermanas, de ninfas aladas y mariposas moradas....
Gracias, Gracias, Gracias.
Maria Garnica.
